La justicia romana (antes de Cristo) se desarrolla de forma expedita: Las dos parte litigantes se explican a sí mismas y la razón de sus exigencias de retribución. Eso es todo. El juez y/o abogado sólo hace acto de presencia, sin decir palabra... luego los ciudadanos se marchan con la solución al alcance de sus propias palabras. Esta es la base del Derecho Romano, según Pascal Quinard: La justicia está hecha desde antes de que se le requiera.