CONGRESO INTERNACIONAL
INTERARTES: COMPLEX PLANET
La relación crítica entre lo endémico y lo global
UNAM-Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) 24, 25 y 26 de octubre del 2023
La 'Patafísica: Una inventiva para la creación.
Camilo Pérez Aguad
Lic. Artes Visuales
aguadperezcamilo@gmail.com
Si bien el arte contemporáneo tiene una estructuración teórica y práctica reconocible entre el público en general, son poquísimos los manifiestos que rodean las creaciones artísticas actuales donde nuevas asociaciones entre artistas con ideas colectivas y en conjunto, definan sus opiniones, sus programas y sus acciones de avanzada en torno a la realidad circundante. Alimentados por la idea del éxito individual y el culto a la personalidad, los creativos se alejan de las ideas colectivas y de la confluencia de opiniones, dejando tras de sí un aura de incógnitas respecto a las labores comunes del quehacer estético.
El artista ya está circunscrito en un tiempo y espacio determinados de donde extrae sus propias vivencias creadoras de manera natural y accede a partir de un trabajo propio, a una relación con la realidad que se le ha brindado y a un diálogo con el entorno particular que le rodea.
¿Pero qué ocurre cuando las circunstancias no son propicias para la imaginación y entonces la vida se malogra? En la actualidad vivimos en un mercado de la personalidad donde la particularidad del individuo se anuncia a la venta desde los escaparates y vitrinas del capitalismo de espíritu, el que se dedica sobre todo a producir, comerciar, publicitar y vender las mercancías basadas en los sentimientos, emociones, deseos y fantasías de la propia población, en el que no hay instinto humano, pasión irracional o acto delirante que no encuentre su modelo y rol conformados como objeto de consumo, de tal forma que, dentro de la enajenación social, nadie sea capaz de encontrar el camino de su verdadera enajenación individual.1
Si se habla puntualmente de mercado es porque, en los tiempos actuales, la economía es el único poder que realmente ejerce como instrumento de influencia política. Las cosas son así, pero lo peor no es que sean así, sino que parece que no hay solución, en el sentido de que, dado que el Estado no puede ser patrón, porque además casi siempre es un mal patrón, alguien tiene que producir. Entonces hay que crear condiciones financieras para que las empresas produzcan, ganen dinero y creen puestos de trabajo. Éste es el lado agradable de la cuestión, pero ¿qué hay del otro? ¿Qué hay del hecho de que, de repente, nada tenga importancia más allá del lucro? Una vez que el poder de capital tiene las manos libres, y las tiene, la democracia no tiene ningún medio para controlar los abusos del poder económico, porque la ciudadanía no lo rige, ni lo eligió y porque la banca no contempla la felicidad del pueblo.2 Ya se sabe que los ideales y valores de los que más presume una época histórica son precisamente aquellos que menos existen en la realidad: Se sueña con grandes empresas financieras encabezadas por las mujeres, porque la distancia real que separa a estas dos esferas es inmensa e irreversible.
En estas circunstancias, el desorden general asimila y empareja todo a beneplácito del "último grito de la moda" de lo políticamente correcto: La brutal construcción diferencial del otro por los gobiernos de facto. En este hecho de ver y encontrar representaciones de lo particular, de lo singular, de lo femenino, del individuo; donde en verdad se habla de la construcción artificial del otro y, por lo tanto, se trata en realidad de la enajenación de estar despojado del otro 3, hay un problema histórico y recurrente en el que todos los actos individuales son juzgados, por la dictadura social, como antisociales y desequilibrados.
Lo politically correct invade el ámbito del arte, donde ya no sólo el lenguaje debe ser correcto, sino que también la imagen ha de ser "correcta". El lenguaje "políticamente correcto" se ha extendido así a la imagen, a la óptica, en una especie de democratización cercana a la publicidad, añadiendo que la publicidad es la forma inicial de lo ópticamente correcto.4 Con la intrusión de la publicidad en el campo de las artes, llega la imposición del museo global y su monopolio cultural a escala de la globalización económica. El siglo XXI atestigua la neutralización del arte al amparo de la creación de una economía paralela. La publicidad es, al mismo tiempo, producto y propaganda. Incluso asistimos a una proliferación del carisma, gracias a la publicidad, que puede transformar a cualquiera en un artista. Mientras tanto, el museo total y el mercado único, definen que es la imagen correcta en contraposición a todas las demás que serían incorrectas y, por tanto, ilegítimas.
¿Qué hacer? Para Enrico Baj, patafísico científico de las soluciones imaginarias, todo forma parte del mismo entramado y lo que menos importa es qué dice el sistema:
"Envueltos, adulados, seducidos, contaminados, drogados, reblandecidos, inhibidos, frustrados, castrados y fritos por el sistema para mí la respuesta es: nada, no hacer nada o casi nada, no moverse para no provocar gozo en el sistema mientras te sodomiza; encaja golpes, haz caja, si puedes, con algún cheque, espera y afila las armas, si las tienes; las psicológicas son las mejores, la sátira puede resultar muy útil. El sistema es masoquista, te acepta mejor si le atacas porque eres un diversivo; el sistema es esquivo, viscoso, poliposo, cancerígeno, gelatinoso, más a menudo gaseoso."
Si el medio es el mensaje, el mensaje está contenido en el medio de comunicación, por tanto, quien lee el periódico recibe cierto mensaje, quien ve la televisión otro mensaje independiente. Hoy la publicidad es el medio de comunicación en el arte y el mensaje es hacer del arte un supermercado. Asistimos al triunfo de las obras vendidas a precios exorbitantes en las subastas de Sotheby´s y Christie´s: Ignorar el mensaje es la mejor y más eficaz respuesta patafísica.
La 'Patafísica es, pues, un momento de resistencia del individuo contra toda forma de abuso de poder, de arrogancia, y recomienda precisamente la imaginación fantástica como la mejor arma de defensa para preservar por lo menos la autonomía de nuestro pensamiento. Ese saber no es otra cosa que un arte de vivir: "hacer conscientes los procesos inconscientes".
Vivimos una época de cambios radicales que están conduciendo a la humanidad hacia un nuevo orden social. La integración económica que esta borrando las fronteras en nuestro mundo globalizado, los avances tecnológicos que nos permiten tener acceso inmediato a la información dondequiera que ésta se encuentre, la influencia cada vez mayor que tienen los medios de comunicación en la formación de criterios de importantes grupos sociales, y la demanda de una mayor participación ciudadana, son las fuerzas motrices que están modelando el futuro.
El acto creativo es, ante todo, un acto de resistencia, o sea, liberador de una potencia interior que, si no, permanecería muda y sepultada. Solo así podremos columbrar el misterioso y sutil nexo que existe entre la obra y su fuente imaginaria, entre lo desconocido y su impronta. La invención del baile, del teatro, de la pintura o la escultura suponen una nueva visión del mundo y, por tanto, una nueva realidad. Los artistas crean realidad creando nuevas visiones del mundo. En este sentido es que la 'patafísica permite prescindir de todo concepto apriorístico y ayuda a arrumbar cualquier absoluto.
"Imago ergo sum", decía Enrico Baj. Con este lema patafísico se arrumban nociones preconcebidas y rúbricas culturales inoculados cual virus patógeno por el sistema actual del mundo del arte: "El arte nace del imaginario, de aquella zona del sistema nervioso que produce imágenes, fantasía, sueños, representaciones irracionales y, por tanto, independientes de la percepción de lo real (...) Exteriorizar el propio imaginario, traducirlo en obras, objetos, descripciones e intuiciones; son siempre operaciones beneficiosas tanto para el espíritu de quien las realiza como para el destinatario que recibe sus estímulos, es decir, el espectador." 5
Los patafísicos se inclinan por la realidad indeterminada, móvil y vulnerable, por los diferentes puntos de vista sobre los hechos y los fenómenos, sus orígenes o consecuencias. La 'patafísica es, también, el hecho de saber cómo y dónde hay posibilidades de imaginar, de jugar, de atravesar y buscar el otro lado de las cosas.6
Bibliografía:
1.- Alfred Jarry (y otros), 'Patafísica junto con especulaciones. Ed. Pepitas de Calabaza. 2016
2.- José Saramago, El nombre y la cosa. Ed. F.C.E. 2006
3.- Jean Baudrillard, Figuras de la alteridad. Ed. Taurus. 1993
4.- Paul Virilio y Enrico Baj, Discurso sobre el horror en el arte. Ed. Casimiro. 2010
5.- María Elena Manrique Ara, Enrico Baj, patafísico, y la revalorización del ornamento. 2018
6.- Lidia Morales Benito, La búsqueda de una nueva verosimilitud (literatura neofantástica y patafísica). 2019
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